Enanos
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Enanos
ENANOS
Los enanos son una de las razas más antiguas del mundo de Warhammer. Desde el principio de los tiempos, las Montañas del Fin del Mundo han sido su hogar. Es una cadena montañosa vasta e imponente que marca la frontera oriental del Viejo Mundo. En tiempos remotos, aquí es donde los Enanos construyeron sus enormes fortalezas subterráneas, entre los altos picos y los abismos escarpados. En su momento álgido, su reino se extendía desde el lejano norte hasta el distante sur, mientras que sus minas se adentraban en las entrañas de la tierra. Aquellos días de gloria hace mucho tiempo que se fueron; ahora muchas fortalezas yacen en ruinas o están ocupadas por criaturas malvadas. Los grandes logros del pasado no son más que recuerdos: sagas antiguas que se cantan en los salones medio vacíos de las pocas fortalezas enanas que siguen en pie.
Tienen una gran resistencia contra la magia, y ven en la penumbra
Los Enanos son los mejores mineros y excavadores de túneles del mundo, y penetran profundamente en sus montañas en busca de metales, piedras preciosas y otros minerales valiosos allí enterrados. A partir de esta materia prima, fabrican todo tipo de objetos preciosos, como armas, armaduras, vasijas maravillosas y joyas trabajadas con una destreza increíble. Debajo de cada fortaleza enana hay un laberinto de cavernas y túneles excavados y ampliados a lo largo de los siglos, mientras los Enanos cavaban cada vez más hondo en busca de nuevas riquezas.
Los Enanos son unos artesanos magníficos y se sienten muy orgullos de todo lo que hacen. Es casi imposible hacer que un Enano realice su trabajo con prisas, y ninguno de ellos se rebajará a hacer chapuzas ni baratijas. Ya sea en la forja de armas y armaduras, la construcción de fortificaciones o los inventos mecánicos del famoso Gremio de Ingenieros, el ingenio y la habilidad técnica de los Enanos no tienen rival en el Viejo Mundo. Ninguna otra raza, ni siquiera los grandes artesanos de los Altos Elfos, puede competir con la precisión y destreza con los Enanos.
Los Enanos consiguen todo lo que necesitan comerciando sus materias primas y artefactos con sus pueblos vecinos. Dentro de los muros de las fortalezas plantan algunos cultivos básicos y crían ganado como pueden en los pastos de alta montaña. La tierra fértil es escasa en las montañas y, además, los Enanos no son buenos granjeros, aunque sí son entusiastas cazadores, capaces de encontrar carne y pieles incluso en las cimas más altas. Los cereales y la fruta llegan a las montañas gracias a los mercaderes, que los intercambian en las fortalezas por objetos de metal y oro. Si las rutas comerciales se cortan por culpa de la guerra y las fortalezas quedan sitiadas, los adustos Enanos se aprietan el cinturón y se alimentan de pan enano, un pan hecho a partir de una mezcla de cereales silvestres y roca pulverizada, que es casi comible si se acompaña de una buena cerveza enana. De hecho, la cerveza enana es tan nutritiva que los Enanos podrían sobrevivir durante semanas sólo con ésta. Todas las fortalezas tienen una gran bodega llena de barriles y se sienten orgullosas de la eficacia y el sabor único de su cerveza.
Los Enanos son un pueblo adusto y extraordinariamente orgulloso. Son parcos en alabanzas y a menudo menosprecian los logros de otras razas. Los Enanos valoran tres cosas por encima de todo: la edad, la riqueza y la destreza. Naturalmente, un Enano siempre se toma su tiempo para explicar que su raza es la más antigua de todas, que sus antepasados consiguieron riquezas inimaginables y que son los mejores constructores y herreros del mundo. No se trata de fanfarronear, sino de decir las cosas como son.
A no ser que caigan en una batalla o les ocurra alguna otra desgracia, los Enanos viven muchos años. La relativa longitud y espesura de la barba de un Enano indican lo viejo y sabio que es, de ahí que se sientan enormemente orgullosos de sus barbas y que nunca se las corten ni arreglen. Sea lo que sea lo que estén haciendo, si los Enanos dudan sobre cómo continuar, miran al que tiene la barba más larga para que les diga lo que tienen que hacer. Él siempre les dará la solución más acertada.
Los Enanos tienen una gran veneración por las cosas antiguas, y las valoran según sus recuerdos y asociaciones. Cuando un diestro herrero muere, su trabajo pervive y forma una conexión tangible con el pasado. La preservación y el uso continuado de algún artefacto o construcción antiguo es una forma de respecto y veneración hacia su creador. Todos los maestros artesanos son expertos en volver a forjar armas antiguas o incorporar reliquias antiguas a sus nuevos trabajos.
Acumular riquezas es una gran pasión entre los Enanos. Son una raza diligente que trabaja muy duro por sus riquezas y posesiones. Cuando un Enano muere, sus posesiones se reparten entre su familia, así pasan de generación en generación. El tesoro de la familia es lo más apreciado, ya que es tanto una fuente de riqueza como un vínculo entre los vivos y los muertos. Ningún Enano se siente seguro a no ser que sus tesoros formen una pila tan alta como para poder sentarse en ella.
Los tesoros de algunos antiguos Señores de los Enanos eran de dimensiones legendarias. Aún hoy, las riquezas de las fortalezas enanas que siguen en pie son una gran atracción para los Orcos, Goblins y otros conquistadores. No obstante, los Enanos son sumamente fuertes, y la mayoría de sus fortalezas han resistido al paso del tiempo.
Sin embargo, a lo largo de los milenios, varias fortalezas importantes y orgullosas han caído en manos de los Orcos y otros invasores; sus poblaciones dispersadas y asesinadas, y sus riquezas de oro y artefactos, divididos y esparcidos por todo el mundo.
Todos los Enanos tienen un sentido muy estricto del honor que se centra en un vínculo o promesa. Si un Enano hace un pacto con alguien, lo recordará y respetará, aunque le cueste muy caro. Un Enano honrará la palabra de un antepasado, aunque la haya dado siglos antes. A su vez, los Enanos esperan que los demás cumplan con su palabra, y esperan que las familias de quienes rompen su juramento los compensen.
El peor insulto para un Enano es incumplir una palabra, y también es un error muy grave. Un vínculo roto será recordado para siempre y será vengado inevitablemente. Las grandes ofensas contra el pueblo Enano se anotan en un gran tomo que se guarda en Karaz-a-Karak y que se conoce como el Gran Libro de los Agravios. Los Enanos no inician relaciones con nadie sin antes consultar dicho libro, que viene casi a ser una crónica de la historia de los Enanos. Este libro forma parte del folklore de los Enanos y muchos se saben de memoria los relatos exaltados de los grandes agravios cometidos contra sus antepasados. Los Enanos saben muy poco de magia, que es practicada por los Elfos y los Humanos, y no tienen hechiceros como ellos. El saber mágico de los Enanos está estrechamente relacionado con su destreza en la fabricación de armas, armaduras y otros artefactos. Los herreros rúnicos hacen muchos artefactos mágicos, incluyendo las mejores armas y armaduras. Son maestros en el saber de las runas, el arte de utilizar las runas para atrapar la magia y dotar sus artefactos de poder arcano. Su conocimiento ha sido transmitido de boca en boca desde la época de sus antepasados, aunque el saber de las runas más poderosas es un gran secreto que sólo conocen unos pocos señores de las runas más hábiles.
Los enanos son una de las razas más antiguas del mundo de Warhammer. Desde el principio de los tiempos, las Montañas del Fin del Mundo han sido su hogar. Es una cadena montañosa vasta e imponente que marca la frontera oriental del Viejo Mundo. En tiempos remotos, aquí es donde los Enanos construyeron sus enormes fortalezas subterráneas, entre los altos picos y los abismos escarpados. En su momento álgido, su reino se extendía desde el lejano norte hasta el distante sur, mientras que sus minas se adentraban en las entrañas de la tierra. Aquellos días de gloria hace mucho tiempo que se fueron; ahora muchas fortalezas yacen en ruinas o están ocupadas por criaturas malvadas. Los grandes logros del pasado no son más que recuerdos: sagas antiguas que se cantan en los salones medio vacíos de las pocas fortalezas enanas que siguen en pie.
Tienen una gran resistencia contra la magia, y ven en la penumbra
Los Enanos son los mejores mineros y excavadores de túneles del mundo, y penetran profundamente en sus montañas en busca de metales, piedras preciosas y otros minerales valiosos allí enterrados. A partir de esta materia prima, fabrican todo tipo de objetos preciosos, como armas, armaduras, vasijas maravillosas y joyas trabajadas con una destreza increíble. Debajo de cada fortaleza enana hay un laberinto de cavernas y túneles excavados y ampliados a lo largo de los siglos, mientras los Enanos cavaban cada vez más hondo en busca de nuevas riquezas.
Los Enanos son unos artesanos magníficos y se sienten muy orgullos de todo lo que hacen. Es casi imposible hacer que un Enano realice su trabajo con prisas, y ninguno de ellos se rebajará a hacer chapuzas ni baratijas. Ya sea en la forja de armas y armaduras, la construcción de fortificaciones o los inventos mecánicos del famoso Gremio de Ingenieros, el ingenio y la habilidad técnica de los Enanos no tienen rival en el Viejo Mundo. Ninguna otra raza, ni siquiera los grandes artesanos de los Altos Elfos, puede competir con la precisión y destreza con los Enanos.
Los Enanos consiguen todo lo que necesitan comerciando sus materias primas y artefactos con sus pueblos vecinos. Dentro de los muros de las fortalezas plantan algunos cultivos básicos y crían ganado como pueden en los pastos de alta montaña. La tierra fértil es escasa en las montañas y, además, los Enanos no son buenos granjeros, aunque sí son entusiastas cazadores, capaces de encontrar carne y pieles incluso en las cimas más altas. Los cereales y la fruta llegan a las montañas gracias a los mercaderes, que los intercambian en las fortalezas por objetos de metal y oro. Si las rutas comerciales se cortan por culpa de la guerra y las fortalezas quedan sitiadas, los adustos Enanos se aprietan el cinturón y se alimentan de pan enano, un pan hecho a partir de una mezcla de cereales silvestres y roca pulverizada, que es casi comible si se acompaña de una buena cerveza enana. De hecho, la cerveza enana es tan nutritiva que los Enanos podrían sobrevivir durante semanas sólo con ésta. Todas las fortalezas tienen una gran bodega llena de barriles y se sienten orgullosas de la eficacia y el sabor único de su cerveza.
Los Enanos son un pueblo adusto y extraordinariamente orgulloso. Son parcos en alabanzas y a menudo menosprecian los logros de otras razas. Los Enanos valoran tres cosas por encima de todo: la edad, la riqueza y la destreza. Naturalmente, un Enano siempre se toma su tiempo para explicar que su raza es la más antigua de todas, que sus antepasados consiguieron riquezas inimaginables y que son los mejores constructores y herreros del mundo. No se trata de fanfarronear, sino de decir las cosas como son.
A no ser que caigan en una batalla o les ocurra alguna otra desgracia, los Enanos viven muchos años. La relativa longitud y espesura de la barba de un Enano indican lo viejo y sabio que es, de ahí que se sientan enormemente orgullosos de sus barbas y que nunca se las corten ni arreglen. Sea lo que sea lo que estén haciendo, si los Enanos dudan sobre cómo continuar, miran al que tiene la barba más larga para que les diga lo que tienen que hacer. Él siempre les dará la solución más acertada.
Los Enanos tienen una gran veneración por las cosas antiguas, y las valoran según sus recuerdos y asociaciones. Cuando un diestro herrero muere, su trabajo pervive y forma una conexión tangible con el pasado. La preservación y el uso continuado de algún artefacto o construcción antiguo es una forma de respecto y veneración hacia su creador. Todos los maestros artesanos son expertos en volver a forjar armas antiguas o incorporar reliquias antiguas a sus nuevos trabajos.
Acumular riquezas es una gran pasión entre los Enanos. Son una raza diligente que trabaja muy duro por sus riquezas y posesiones. Cuando un Enano muere, sus posesiones se reparten entre su familia, así pasan de generación en generación. El tesoro de la familia es lo más apreciado, ya que es tanto una fuente de riqueza como un vínculo entre los vivos y los muertos. Ningún Enano se siente seguro a no ser que sus tesoros formen una pila tan alta como para poder sentarse en ella.
Los tesoros de algunos antiguos Señores de los Enanos eran de dimensiones legendarias. Aún hoy, las riquezas de las fortalezas enanas que siguen en pie son una gran atracción para los Orcos, Goblins y otros conquistadores. No obstante, los Enanos son sumamente fuertes, y la mayoría de sus fortalezas han resistido al paso del tiempo.
Sin embargo, a lo largo de los milenios, varias fortalezas importantes y orgullosas han caído en manos de los Orcos y otros invasores; sus poblaciones dispersadas y asesinadas, y sus riquezas de oro y artefactos, divididos y esparcidos por todo el mundo.
Todos los Enanos tienen un sentido muy estricto del honor que se centra en un vínculo o promesa. Si un Enano hace un pacto con alguien, lo recordará y respetará, aunque le cueste muy caro. Un Enano honrará la palabra de un antepasado, aunque la haya dado siglos antes. A su vez, los Enanos esperan que los demás cumplan con su palabra, y esperan que las familias de quienes rompen su juramento los compensen.
El peor insulto para un Enano es incumplir una palabra, y también es un error muy grave. Un vínculo roto será recordado para siempre y será vengado inevitablemente. Las grandes ofensas contra el pueblo Enano se anotan en un gran tomo que se guarda en Karaz-a-Karak y que se conoce como el Gran Libro de los Agravios. Los Enanos no inician relaciones con nadie sin antes consultar dicho libro, que viene casi a ser una crónica de la historia de los Enanos. Este libro forma parte del folklore de los Enanos y muchos se saben de memoria los relatos exaltados de los grandes agravios cometidos contra sus antepasados. Los Enanos saben muy poco de magia, que es practicada por los Elfos y los Humanos, y no tienen hechiceros como ellos. El saber mágico de los Enanos está estrechamente relacionado con su destreza en la fabricación de armas, armaduras y otros artefactos. Los herreros rúnicos hacen muchos artefactos mágicos, incluyendo las mejores armas y armaduras. Son maestros en el saber de las runas, el arte de utilizar las runas para atrapar la magia y dotar sus artefactos de poder arcano. Su conocimiento ha sido transmitido de boca en boca desde la época de sus antepasados, aunque el saber de las runas más poderosas es un gran secreto que sólo conocen unos pocos señores de las runas más hábiles.
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