Los hombres bestia
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Los hombres bestia
Los Hombres Bestia son criaturas salvajes y brutales a las que no les importan los demás seres. Sus cuerpos son mitad hombre y mitad bestia, y normalmente tienen cabeza de cabra. En batalla, combinan la ferocidad con una gran falta de disciplina, lo que los lleva a luchar y enfrentarse entre ellos por su deseo de llegar antes al enemigo.
Los Hombres Bestia abrazan de buen grado la herencia que han recibido del Caos; aunque parecen tener la inteligencia de un hombre, la emplean con la astucia de un animal salvaje. Los Hombres Bestia no son criaturas de la naturaleza: su aparición se produjo cuando el portal polar de los Ancestrales se vino abajo, cubriendo el mundo de polvo de piedra bruja, una piedra con poder mutador. Este polvo ocasionó cambios atroces en muchos de los antepasados del hombre y en los animales, provocándoles terribles mutaciones. Así se crearon los Hombres Bestia: hombres que se convertían en animales, animales que se convertían en hombres, una mezcla de lo más caótica.
Rechazados y detestados por las demás razas, los Hombres Bestia son criaturas resentidas que se dejan llevar por la rabia animal y un instinto altamente destructivo. No buscan la conquista ni la gloria, sólo luchan para traer la ruina a los demás, para sembrar la destrucción y la discordia y llevar las otras razas al desastre. En particular, desprecian a los humanos que ellos nunca podrán llegar a ser, y están llenos de una aversión que da paso al odio agresivo. Son una amenaza constante, se ocultan en las profundidades del mundo, preferentemente en zonas con bosques frondosos, donde permanecen escondidos de las razas civilizadas. Pero incluso en las tierras del sur, en los dominios de los caballeros de Bretonia y en las radiantes tierras de Tilea, y hacia el este, más allá de las Montañas de los Lamentos, los antiguos bosques y las desoladas estribaciones albergan guaridas ocultas de Hombres Bestia. En el Viejo Mundo son particularmente numerosos en Drakwald y en el Bosque de las Sombras, pero también se encuentran en lugares tan distantes como Catai, las Tierras del Sur y los enormes bosques del oeste de Naggaroth.
Los Hombres Bestia viven en manadas de guerra dirigidas por el más fuerte entre ellos. Las hordas de Hombres Bestia son sumamente peligrosas en batalla, una horda de brutales guerreros, grandes y pesados carros, manadas de mastines del Caos y grupos de enormes bestias ansiosos por hacer trizas a todo enemigo que ose interponerse en su camino. Los Hombres Bestia salen de sus bosques en masas infinitas, extendiéndose por el horizonte. A menudo la horda se escinde en facciones antagónicas, puesto que los Hombres Bestia son Hijos del Caos y el orden es un concepto que les resulta desconocido.
Un enemigo particularmente odiado de los Hombres Bestia son los Elfos Silvanos. Sin que la mayoría de razas lo sepa, el pueblo elfo de Athel Loren y las hordas de Bestias libran una guerra secreta de forma continua. Luchan por la posesión de los bosques sagrados, donde la magia es abundante. Los Elfos Silvanos protegen estos lugares con monolitos fronterizos que absorben la energía mágica, mientras que los Hombres Bestia levantan sus piedras de la manada para extraer el poder corruptor de la tierra y extenderlo por todo el mundo.
Los Hombres Bestia abrazan de buen grado la herencia que han recibido del Caos; aunque parecen tener la inteligencia de un hombre, la emplean con la astucia de un animal salvaje. Los Hombres Bestia no son criaturas de la naturaleza: su aparición se produjo cuando el portal polar de los Ancestrales se vino abajo, cubriendo el mundo de polvo de piedra bruja, una piedra con poder mutador. Este polvo ocasionó cambios atroces en muchos de los antepasados del hombre y en los animales, provocándoles terribles mutaciones. Así se crearon los Hombres Bestia: hombres que se convertían en animales, animales que se convertían en hombres, una mezcla de lo más caótica.
Rechazados y detestados por las demás razas, los Hombres Bestia son criaturas resentidas que se dejan llevar por la rabia animal y un instinto altamente destructivo. No buscan la conquista ni la gloria, sólo luchan para traer la ruina a los demás, para sembrar la destrucción y la discordia y llevar las otras razas al desastre. En particular, desprecian a los humanos que ellos nunca podrán llegar a ser, y están llenos de una aversión que da paso al odio agresivo. Son una amenaza constante, se ocultan en las profundidades del mundo, preferentemente en zonas con bosques frondosos, donde permanecen escondidos de las razas civilizadas. Pero incluso en las tierras del sur, en los dominios de los caballeros de Bretonia y en las radiantes tierras de Tilea, y hacia el este, más allá de las Montañas de los Lamentos, los antiguos bosques y las desoladas estribaciones albergan guaridas ocultas de Hombres Bestia. En el Viejo Mundo son particularmente numerosos en Drakwald y en el Bosque de las Sombras, pero también se encuentran en lugares tan distantes como Catai, las Tierras del Sur y los enormes bosques del oeste de Naggaroth.
Los Hombres Bestia viven en manadas de guerra dirigidas por el más fuerte entre ellos. Las hordas de Hombres Bestia son sumamente peligrosas en batalla, una horda de brutales guerreros, grandes y pesados carros, manadas de mastines del Caos y grupos de enormes bestias ansiosos por hacer trizas a todo enemigo que ose interponerse en su camino. Los Hombres Bestia salen de sus bosques en masas infinitas, extendiéndose por el horizonte. A menudo la horda se escinde en facciones antagónicas, puesto que los Hombres Bestia son Hijos del Caos y el orden es un concepto que les resulta desconocido.
Un enemigo particularmente odiado de los Hombres Bestia son los Elfos Silvanos. Sin que la mayoría de razas lo sepa, el pueblo elfo de Athel Loren y las hordas de Bestias libran una guerra secreta de forma continua. Luchan por la posesión de los bosques sagrados, donde la magia es abundante. Los Elfos Silvanos protegen estos lugares con monolitos fronterizos que absorben la energía mágica, mientras que los Hombres Bestia levantan sus piedras de la manada para extraer el poder corruptor de la tierra y extenderlo por todo el mundo.
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