Bosques del viejo mundo
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Bosques del viejo mundo
El bosque de las Sombras
El bosque de las Sombras, situado en la
región noroccidental del Imperio, ocupa
la mayor parte de la provincia de
Ostland, al norte de las Montañas
Centrales. La carretera que une
Middenheim y la ciudad kislevita de
Erengrado pasa por este bosque, aunque
es una ruta muy peligrosa. Este bosque
oscuro y desapacible es un lugar temible
repleto de criaturas malignas y de
sombras inquietas. Los árboles que
crecen ahí son bastante distintos a los
del resto de bosques, ya que tienen las
ramas y los troncos retorcidos de forma
grotesca como si fueran garras y están
envueltos en capas de musgo y liquen.
En este bosque proliferan unos hongos
extraños y abotargados parecidos a
enormes bejines biliosos y setas
venenosas de vivos colores. Solo los
imprudentes se atreverían a pasar la
noche en sus tenebrosas entrañas, ya que
ahí acechan bandas de Hombres Bestia,
de Goblins y de otras criaturas
maléficas. También se rumorea que hay
bandas de guerreros y adoradores del
Caos que yacen ocultas e ignoradas en
los rincones más lóbregos del bosque.
Muchos son los aventureros que en su
insensatez han penetrado en este bosque
para investigar tales rumores. Pero muy
pocos de ellos han vuelto a ser vistos de
nuevo.
De vez en cuando, los condes de
Ostland organizan expediciones al
interior del bosque después de algún
ataque de las oscuras criaturas que
habitan en él. Tales empresas están
plagadas de peligros y todo ejército que
se adentre en el bosque regresa con
muchos menos guerreros que los que
tenía al empezar y con un cúmulo de
horribles relatos acerca de los
monstruos que moran en el Bosque de
las Sombras.
El Gran Bosque
El Gran Bosque es el mayor bosque de
todos los bosques del Imperio, ya que
abarca desde las tierras situadas al norte
de las Montañas Centrales hasta Nuln
en el Sur, y de oeste a este desde Altdorf
hasta Kislev. Se trata de un bosque
inmenso y muy antiguo que cuenta con
árboles de todo tipo, desde viejos y
canosos sauces hasta robles majestuosos
e imponentes. Las regiones centrales del
Imperio forman un bloque
prácticamente continuo de bosque,
interrumpido tan solo por las ciudades y
campos de cultivo. Del bosque se alza
alguna que otra colina agreste y hay
muchas torres en ruinas y antiguos
castillos en lo alto de estas solitarias
cimas, cuya fecha de construcción se
remonta en algunos casos hasta antes de
la Era de los Tres Emperadores.
El Bosque de Reikwald
Al sur de Altdorf, la capital del Imperio,
se extiende el Bosque de Reikwald, un
refugio de bandidos, asesinos,
criminales y toda clase de delincuentes.
Por este bosque, que se haya
comprendido entre el rió Reik y las
Montañas Grises, es por donde pasa la
carretera principal que une Bretonia con
el Imperio, y los que deciden atravesarlo
deben protegerse bien porque cada paso
del camino está plagado de bandidos y
asaltadores. La carretera atraviesa las
Montañas Grises por el Paso del
Mordisco del Hacha y todos los que
salen del bosque lo hacen más pobres
que cuando entraron. En la entrada del
Paso del Mordisco del Hacha se alza la
fortaleza imperial de Helmgart, una
imponente torre construida en la ladera
de la montaña y cuyas almenas dominan
el estrecho sendero a sus pies. Los
ejércitos invasores suelen utilizar el
Paso del Mordisco del Hacha para
cruzar las Montañas Grises, por lo que
esta región del Imperio ha sido testigo
de multitud de duras batallas en las que
los ejércitos de Reikland han luchado
para rechazar a sus muchos enemigos.
El Bosque de Drakwald
El Bosque de Drakwald, situado al
noroeste del Imperio, se extiende
alrededor de Middenheim y recibe su
nombre de la provincia ya desaparecida
de Drakwald. Se e trata de un bosque
bastante poco frondoso formado
básicamente por abedules y un suelo
claro y arenoso. La tierra de esta zona
no es especialmente fértil y, al contrario
que muchos de los bosques del Imperio,
no se ha talado prácticamente ningún
árbol del Drakwald para contar con
campos de cultivo. Las entrañas del
bosque ocultan a multitud de bandas de
Hombres Bestia y los árboles
encantados de Drakwald son pesadillas
de maleza ennegrecida y restos
esqueléticos realmente terribles, una
advertencia siniestra para todos aquellos
que traten de adentrarse en este lugar
maldito.
En las zonas situadas más al Norte, los
árboles son más gruesos y en las
regiones más frías y accidentadas de
esta tierra hay grandes extensiones de
bosques de pinos. La carretera principal
que une la Ciudad del Lobo Blanco con
Marienburgo (una ciudad comercial
muy próspera situada en la costa
occidental del Imperio que hace casi un
siglo que se independizó del gobierno
de los Emperadores provocando un gran
escándalo) atraviesa este bosque y son
muchos los lideres bandidos que han
amasado grandes riquezas asaltando a
los viajeros que recorren esta carretera.
El Bosque de Chalons
Este es un bosque muy distinto del resto
de grandes bosques de Bretonia, ya que
se encuentra en las tierras altas al oeste
de los peñascos rocosos del Cerro del
Orco, los altos y desgastados picos que
dominan las tierras centrales de
Bretonia. El bosque se extiende por
agrestes barrancos, riscos y oteros de
roca erosionada que sobresalen por
entre los árboles bajos y nudosos. Es
una región plagada de cuevas y dividida
por arroyos que serpentean a través del
bosque formando cascadas y apacibles
estanques de agua dulce. Sobre los
bordes de los acantilados se alzan
precariamente unas rocas gigantescas
recubiertas de una verdosa mata de
helechos y musgo. A pesar de su
apacible apariencia, las zonas orientales
del bosque albergan numerosas criaturas
malignas procedentes del Cerro del
Orco y, según se dice, en estos lóbregos
riscos se ocultan enclaves de orcos y
demás criaturas malignas. Y no importa
a cuantas de estas malvadas criaturas
aniquilen los caballeros de Bretonia,
pues siempre parece haber más…
El Bosque de Arden
Este bosque situado en el interior de
Bretonia es un enorme robledo de
discurre por las estribaciones
septentrionales de las Montañas Grises.
Suele estar repleto de orcos, goblins y
cosas peores que descienden de las
tierras elevadas y se ocultan en las
entrañas del bosque para lanzar
incursiones contra los campos de los
alrededores. El bosque también alberga
muchos lagos y pantanos, así como
zonas de espesos matorrales que hacen
difícil seguir el rastro de los atacantes.
Aquí habitan muchas criaturas
malignas, monstruos enormes, dragones
y demás bestias salvajes, por lo que el
bosque atrae a muchos caballeros
ansiosos por perseguirlos, darles caza y
ganar fama. La mayoría de estos
caballeros vuelven con vida, pero de los
demás solo suele encontrarse siglos más
tarde sus huesos y su armadura
herrumbrosa en la guarida de algún
horrible monstruo o vislumbrados en las
aguas de una laguna neblinosa. En
ocasiones, se hallan raíces que crecen a
través de la visera de un gran yelmo o
espadas clavadas en grandes robles que
han ido creciendo a su alrededor
Athel Loren
Athel Loren es el bosque más antiguo
del mundo. Es un lugar mágico que
inspira un profundo temor en todos los
que viven a sus alrededores. Unos
elegantes monolitos fronterizos señalan
el linde de este bosque antediluviano,
más allá del cual se alzan los árboles
gigantes de Athel Loren como si
quisieran huir de sus confines. Las
raíces se retuercen y se clavan en las
rocas y en las margas recubiertas de
helechos mientras unas brumas bajas se
retuercen y se extienden por las
hondonadas y los claros. Athel Loren es
un lugar muy inquietante, lleno de
sombras en movimiento solo
perceptibles por el rabillo del ojo, ruidos
extraños y la abrumadora sensación de
estar siendo observado en todo
momento por cientos de ojos. Se ven
siluetas indefinidas pasar por entre las
retorcidas ramas y por la densa maleza y
diminutas y veloces sombras
escondiéndose detrás de los árboles.
Uno tiene la sensación de que Athel
Loren es en sí mismo un ser vivo
inteligente atento, invisible y totalmente
dispuesto a destruir a todo el que intente
entrar en él. Solo los más temerarios,
dementes o atolondrados osan
adentrarse en Athel Loren, pues es un
lugar encantado lleno de maléficos
espíritus de los bosques, criaturas
extrañas y mágicas y los misteriosos y
peligrosos elfos silvanos.
BOSQUES MAS ALLA DEL VIEJO MUNDO
El Bosque de Avelorn
El gran bosque de Avelorn se halla
sobre la costa norte del Mar Interior de
Ulthuan, el más antiguo de los reinos
élficos. En sus frondosas arboledas se
esconden antiguos encantamientos y
bajo sus ramas habitan todavía criaturas
de leyenda. Los dorados súbditos de la
Reina Eterna van de un lugar a otro
danzando y cantando bajo el frondoso
enramado como un gran desfile de
carnaval y levantando pabellones de
seda de mil colores allí donde se
detienen. De día el bosque se llena de
las risas juguetonas de los elfos que se
dedican a sus diversiones. Por la noche,
unas luces mágicas titilan en la
oscuridad iluminando festejos y
festines. Dada la perfección de su clima,
sus frondosos bosques y bellos y casi
inmortales habitantes, Avelorn es un
paraíso idílico con el que los hombres
mortales solo pueden soñar.
El Bosque Petrificado de Naggaroth
El Bosque Petrificado, un bosque
increíblemente inhóspito, es una casi
infinita extensión de árboles muertos,
grises y recubiertos de cenizas que
compone un paisaje desolado y
polvoriento. Aquí no existe ni la más
leve brisa y en esta árida región no crece
nada limpio ni puro. Este desapacible
lugar está repleto de árboles de piedra
imperecedera y de abismos vacíos, y
nadie lo bastante desgraciado como para
llegar allí y contemplarlo puede
olvidarlo nunca. Se desconocen las
causas que provocaron la condición de
este bosque, aunque en los archivos de
Hoeth existen referencias acerca de una
batalla que antiguas razas de titánica
estatura libraron allí en alguna época
poco después del nacimiento de la raza
élfica. Sea cual sea la verdad, el bosque
parece estar invadido por la presencia
malévola de alguna fuerza milenaria y
terrible, cuyos eones de resentimiento y
maldad mantienen este lugar
eternamente envuelto en un halo de
muerte y oscuridad.
El Bosque Negro
El Bosque Negro, situado en los
confines septentrionales de Naggaroth,
inunda el paisaje de esta fría tierra con
sus árboles oscuros y de aspecto cruel.
Este bosque oscuro de altos pinos
negros se encuentra al este de las
Montañas del Espinazo Negro y de Clar
Karond (la Torre de la Muerte) y su fría
desolación araña el alma con su
inacabable paisaje vacío. El suelo está
oculto en sombras, y bandas de esclavos
encadenados procedentes de los
astilleros principales del Rey Brujo en
Clar Karond se ocupan de talar los
enormes troncos para llevarlos a rastras
hasta la Torre de la Muerte. Unos
extraños monolitos y ruinas antiguas
pueblan los pocos claros desolados del
bosque y todo el que se atreve a
acercarse a este lugar desaparece para
no volver a ser visto nunca jamás
El bosque de las Sombras, situado en la
región noroccidental del Imperio, ocupa
la mayor parte de la provincia de
Ostland, al norte de las Montañas
Centrales. La carretera que une
Middenheim y la ciudad kislevita de
Erengrado pasa por este bosque, aunque
es una ruta muy peligrosa. Este bosque
oscuro y desapacible es un lugar temible
repleto de criaturas malignas y de
sombras inquietas. Los árboles que
crecen ahí son bastante distintos a los
del resto de bosques, ya que tienen las
ramas y los troncos retorcidos de forma
grotesca como si fueran garras y están
envueltos en capas de musgo y liquen.
En este bosque proliferan unos hongos
extraños y abotargados parecidos a
enormes bejines biliosos y setas
venenosas de vivos colores. Solo los
imprudentes se atreverían a pasar la
noche en sus tenebrosas entrañas, ya que
ahí acechan bandas de Hombres Bestia,
de Goblins y de otras criaturas
maléficas. También se rumorea que hay
bandas de guerreros y adoradores del
Caos que yacen ocultas e ignoradas en
los rincones más lóbregos del bosque.
Muchos son los aventureros que en su
insensatez han penetrado en este bosque
para investigar tales rumores. Pero muy
pocos de ellos han vuelto a ser vistos de
nuevo.
De vez en cuando, los condes de
Ostland organizan expediciones al
interior del bosque después de algún
ataque de las oscuras criaturas que
habitan en él. Tales empresas están
plagadas de peligros y todo ejército que
se adentre en el bosque regresa con
muchos menos guerreros que los que
tenía al empezar y con un cúmulo de
horribles relatos acerca de los
monstruos que moran en el Bosque de
las Sombras.
El Gran Bosque
El Gran Bosque es el mayor bosque de
todos los bosques del Imperio, ya que
abarca desde las tierras situadas al norte
de las Montañas Centrales hasta Nuln
en el Sur, y de oeste a este desde Altdorf
hasta Kislev. Se trata de un bosque
inmenso y muy antiguo que cuenta con
árboles de todo tipo, desde viejos y
canosos sauces hasta robles majestuosos
e imponentes. Las regiones centrales del
Imperio forman un bloque
prácticamente continuo de bosque,
interrumpido tan solo por las ciudades y
campos de cultivo. Del bosque se alza
alguna que otra colina agreste y hay
muchas torres en ruinas y antiguos
castillos en lo alto de estas solitarias
cimas, cuya fecha de construcción se
remonta en algunos casos hasta antes de
la Era de los Tres Emperadores.
El Bosque de Reikwald
Al sur de Altdorf, la capital del Imperio,
se extiende el Bosque de Reikwald, un
refugio de bandidos, asesinos,
criminales y toda clase de delincuentes.
Por este bosque, que se haya
comprendido entre el rió Reik y las
Montañas Grises, es por donde pasa la
carretera principal que une Bretonia con
el Imperio, y los que deciden atravesarlo
deben protegerse bien porque cada paso
del camino está plagado de bandidos y
asaltadores. La carretera atraviesa las
Montañas Grises por el Paso del
Mordisco del Hacha y todos los que
salen del bosque lo hacen más pobres
que cuando entraron. En la entrada del
Paso del Mordisco del Hacha se alza la
fortaleza imperial de Helmgart, una
imponente torre construida en la ladera
de la montaña y cuyas almenas dominan
el estrecho sendero a sus pies. Los
ejércitos invasores suelen utilizar el
Paso del Mordisco del Hacha para
cruzar las Montañas Grises, por lo que
esta región del Imperio ha sido testigo
de multitud de duras batallas en las que
los ejércitos de Reikland han luchado
para rechazar a sus muchos enemigos.
El Bosque de Drakwald
El Bosque de Drakwald, situado al
noroeste del Imperio, se extiende
alrededor de Middenheim y recibe su
nombre de la provincia ya desaparecida
de Drakwald. Se e trata de un bosque
bastante poco frondoso formado
básicamente por abedules y un suelo
claro y arenoso. La tierra de esta zona
no es especialmente fértil y, al contrario
que muchos de los bosques del Imperio,
no se ha talado prácticamente ningún
árbol del Drakwald para contar con
campos de cultivo. Las entrañas del
bosque ocultan a multitud de bandas de
Hombres Bestia y los árboles
encantados de Drakwald son pesadillas
de maleza ennegrecida y restos
esqueléticos realmente terribles, una
advertencia siniestra para todos aquellos
que traten de adentrarse en este lugar
maldito.
En las zonas situadas más al Norte, los
árboles son más gruesos y en las
regiones más frías y accidentadas de
esta tierra hay grandes extensiones de
bosques de pinos. La carretera principal
que une la Ciudad del Lobo Blanco con
Marienburgo (una ciudad comercial
muy próspera situada en la costa
occidental del Imperio que hace casi un
siglo que se independizó del gobierno
de los Emperadores provocando un gran
escándalo) atraviesa este bosque y son
muchos los lideres bandidos que han
amasado grandes riquezas asaltando a
los viajeros que recorren esta carretera.
El Bosque de Chalons
Este es un bosque muy distinto del resto
de grandes bosques de Bretonia, ya que
se encuentra en las tierras altas al oeste
de los peñascos rocosos del Cerro del
Orco, los altos y desgastados picos que
dominan las tierras centrales de
Bretonia. El bosque se extiende por
agrestes barrancos, riscos y oteros de
roca erosionada que sobresalen por
entre los árboles bajos y nudosos. Es
una región plagada de cuevas y dividida
por arroyos que serpentean a través del
bosque formando cascadas y apacibles
estanques de agua dulce. Sobre los
bordes de los acantilados se alzan
precariamente unas rocas gigantescas
recubiertas de una verdosa mata de
helechos y musgo. A pesar de su
apacible apariencia, las zonas orientales
del bosque albergan numerosas criaturas
malignas procedentes del Cerro del
Orco y, según se dice, en estos lóbregos
riscos se ocultan enclaves de orcos y
demás criaturas malignas. Y no importa
a cuantas de estas malvadas criaturas
aniquilen los caballeros de Bretonia,
pues siempre parece haber más…
El Bosque de Arden
Este bosque situado en el interior de
Bretonia es un enorme robledo de
discurre por las estribaciones
septentrionales de las Montañas Grises.
Suele estar repleto de orcos, goblins y
cosas peores que descienden de las
tierras elevadas y se ocultan en las
entrañas del bosque para lanzar
incursiones contra los campos de los
alrededores. El bosque también alberga
muchos lagos y pantanos, así como
zonas de espesos matorrales que hacen
difícil seguir el rastro de los atacantes.
Aquí habitan muchas criaturas
malignas, monstruos enormes, dragones
y demás bestias salvajes, por lo que el
bosque atrae a muchos caballeros
ansiosos por perseguirlos, darles caza y
ganar fama. La mayoría de estos
caballeros vuelven con vida, pero de los
demás solo suele encontrarse siglos más
tarde sus huesos y su armadura
herrumbrosa en la guarida de algún
horrible monstruo o vislumbrados en las
aguas de una laguna neblinosa. En
ocasiones, se hallan raíces que crecen a
través de la visera de un gran yelmo o
espadas clavadas en grandes robles que
han ido creciendo a su alrededor
Athel Loren
Athel Loren es el bosque más antiguo
del mundo. Es un lugar mágico que
inspira un profundo temor en todos los
que viven a sus alrededores. Unos
elegantes monolitos fronterizos señalan
el linde de este bosque antediluviano,
más allá del cual se alzan los árboles
gigantes de Athel Loren como si
quisieran huir de sus confines. Las
raíces se retuercen y se clavan en las
rocas y en las margas recubiertas de
helechos mientras unas brumas bajas se
retuercen y se extienden por las
hondonadas y los claros. Athel Loren es
un lugar muy inquietante, lleno de
sombras en movimiento solo
perceptibles por el rabillo del ojo, ruidos
extraños y la abrumadora sensación de
estar siendo observado en todo
momento por cientos de ojos. Se ven
siluetas indefinidas pasar por entre las
retorcidas ramas y por la densa maleza y
diminutas y veloces sombras
escondiéndose detrás de los árboles.
Uno tiene la sensación de que Athel
Loren es en sí mismo un ser vivo
inteligente atento, invisible y totalmente
dispuesto a destruir a todo el que intente
entrar en él. Solo los más temerarios,
dementes o atolondrados osan
adentrarse en Athel Loren, pues es un
lugar encantado lleno de maléficos
espíritus de los bosques, criaturas
extrañas y mágicas y los misteriosos y
peligrosos elfos silvanos.
BOSQUES MAS ALLA DEL VIEJO MUNDO
El Bosque de Avelorn
El gran bosque de Avelorn se halla
sobre la costa norte del Mar Interior de
Ulthuan, el más antiguo de los reinos
élficos. En sus frondosas arboledas se
esconden antiguos encantamientos y
bajo sus ramas habitan todavía criaturas
de leyenda. Los dorados súbditos de la
Reina Eterna van de un lugar a otro
danzando y cantando bajo el frondoso
enramado como un gran desfile de
carnaval y levantando pabellones de
seda de mil colores allí donde se
detienen. De día el bosque se llena de
las risas juguetonas de los elfos que se
dedican a sus diversiones. Por la noche,
unas luces mágicas titilan en la
oscuridad iluminando festejos y
festines. Dada la perfección de su clima,
sus frondosos bosques y bellos y casi
inmortales habitantes, Avelorn es un
paraíso idílico con el que los hombres
mortales solo pueden soñar.
El Bosque Petrificado de Naggaroth
El Bosque Petrificado, un bosque
increíblemente inhóspito, es una casi
infinita extensión de árboles muertos,
grises y recubiertos de cenizas que
compone un paisaje desolado y
polvoriento. Aquí no existe ni la más
leve brisa y en esta árida región no crece
nada limpio ni puro. Este desapacible
lugar está repleto de árboles de piedra
imperecedera y de abismos vacíos, y
nadie lo bastante desgraciado como para
llegar allí y contemplarlo puede
olvidarlo nunca. Se desconocen las
causas que provocaron la condición de
este bosque, aunque en los archivos de
Hoeth existen referencias acerca de una
batalla que antiguas razas de titánica
estatura libraron allí en alguna época
poco después del nacimiento de la raza
élfica. Sea cual sea la verdad, el bosque
parece estar invadido por la presencia
malévola de alguna fuerza milenaria y
terrible, cuyos eones de resentimiento y
maldad mantienen este lugar
eternamente envuelto en un halo de
muerte y oscuridad.
El Bosque Negro
El Bosque Negro, situado en los
confines septentrionales de Naggaroth,
inunda el paisaje de esta fría tierra con
sus árboles oscuros y de aspecto cruel.
Este bosque oscuro de altos pinos
negros se encuentra al este de las
Montañas del Espinazo Negro y de Clar
Karond (la Torre de la Muerte) y su fría
desolación araña el alma con su
inacabable paisaje vacío. El suelo está
oculto en sombras, y bandas de esclavos
encadenados procedentes de los
astilleros principales del Rey Brujo en
Clar Karond se ocupan de talar los
enormes troncos para llevarlos a rastras
hasta la Torre de la Muerte. Unos
extraños monolitos y ruinas antiguas
pueblan los pocos claros desolados del
bosque y todo el que se atreve a
acercarse a este lugar desaparece para
no volver a ser visto nunca jamás
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Sáb Oct 02, 2010 3:26 pm por Lifebringer
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