Elfos Silvanos
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Elfos Silvanos
Los Elfos Silvanos llevan viviendo en los bosques más antiguos del Viejo Mundo desde que su
raza perdiera la terrible guerra que librara contra los enanos (conocida por los elfos como “la
Guerra de la Barba”), y el Rey Fénix decidiese llevar a su pueblo de vuelta a la Isla de Ulthuan.
Contraviniendo las órdenes de su soberano, algunas comunidades forestales de elfos
decidieron quedarse, proclamando su independencia de Ulthuan, y con los siglos pasaron a ser
conocidos como Elfos Silvanos.
Estos elfos forestales hicieron de los grandes bosques su morada, y en lo más profundo de
ellos construyeron sus mágicos salones y ciudadelas, ocultas a los ojos de hombres y bestias
por poderosos encantamientos.
Así, existen comunidades de elfos silvanos en los grandes bosques del Imperio, como en El
Gran Bosque o en el Reikwald, siendo la mas importante de ellas la del Bosque de Laurelon
(que aunque es “oficialmente” parte del Condado de Nordland esta a todos los efectos fuera del
control humano)… sin embargo todas estas comunidades palidecen en poder y belleza con el
Reino del Bosque de Loth-Loren, en las tierras de Bretona.
Tienen una afinidad natural con la magia, y ven en la penumbra
Loren es el bosque mas viejo de todo el Viejo Mundo, y en el, la salvaje magia de la naturaleza
esta aun muy viva… misteriosos espíritus del albor de los tiempos protegen este bosque, y los
elfos que durante miles de años han aprendido a tratarlos medaron aquí. Loth-Loren es un
bosque cerrado, y solo los elfos silvanos pueden penetrar sus umbrías sendas…
Creencias
Caprichosos e impredecibles, los Elfos Silvanos se han unido a las
fuerza de la naturaleza, y no son buenos ni malos. El bosque y los
Elfos que en el viven están muy lejos de la simple comparación con
los valores que adoptan otras razas. Los Elfos Silvanos pueden
aparecer como un lago plácido, serenos, bellos y encantadores, o
como una tormenta aterradora y destructiva. Por cada intruso que
los Elfos Silvanos conducen fuera de sus fronteras, matan a otro sin
preguntas ni remordimientos, y lo dejan tirado allí mismo para que el
bosque lo reclame. A menudo se pueden ver huesos y cráneos en lo
profundo del bosque, muchos de ellos con flechas en las costillas o
en las cuencas de los ojos, antes de ser ocultados y cubiertos por la
maleza y las raíces que se retuercen, o llevados por los animales
salvajes.
Elfos silvanos y el Imperio
Cualquier elfo es visto por las gentes del Imperio con asombro, desconfianza y miedo, dado a su naturaleza, son raros de ver en las tierras de los hombres y los que se aventuran por ella suelen ser jóvenes ansiosos por ver mundo o errantes expatriados sin hogar.
Su natural afinidad mágica, ágiles movimientos y evidentes diferencias físicas los marca como seres extraños, y los humanos temen lo que no comprenden.
Especial cuidado han de tener al mostrarse sus hechiceros, ya que aunque ninguna ley prohíbe el uso de la magia, los campesinos poco saben de leyes, y para ellos, todo hechicero es candidato para la hoguera, especialmente si ni siquiera es Imperial.
La situación mejora algo en las grandes ciudades, así las grandes ciudades tienen pequeñas pero asentadas comunidades elficas, aunque no les gusten las ciudades Imperiales.
raza perdiera la terrible guerra que librara contra los enanos (conocida por los elfos como “la
Guerra de la Barba”), y el Rey Fénix decidiese llevar a su pueblo de vuelta a la Isla de Ulthuan.
Contraviniendo las órdenes de su soberano, algunas comunidades forestales de elfos
decidieron quedarse, proclamando su independencia de Ulthuan, y con los siglos pasaron a ser
conocidos como Elfos Silvanos.
Estos elfos forestales hicieron de los grandes bosques su morada, y en lo más profundo de
ellos construyeron sus mágicos salones y ciudadelas, ocultas a los ojos de hombres y bestias
por poderosos encantamientos.
Así, existen comunidades de elfos silvanos en los grandes bosques del Imperio, como en El
Gran Bosque o en el Reikwald, siendo la mas importante de ellas la del Bosque de Laurelon
(que aunque es “oficialmente” parte del Condado de Nordland esta a todos los efectos fuera del
control humano)… sin embargo todas estas comunidades palidecen en poder y belleza con el
Reino del Bosque de Loth-Loren, en las tierras de Bretona.
Tienen una afinidad natural con la magia, y ven en la penumbra
Loren es el bosque mas viejo de todo el Viejo Mundo, y en el, la salvaje magia de la naturaleza
esta aun muy viva… misteriosos espíritus del albor de los tiempos protegen este bosque, y los
elfos que durante miles de años han aprendido a tratarlos medaron aquí. Loth-Loren es un
bosque cerrado, y solo los elfos silvanos pueden penetrar sus umbrías sendas…
Creencias
Caprichosos e impredecibles, los Elfos Silvanos se han unido a las
fuerza de la naturaleza, y no son buenos ni malos. El bosque y los
Elfos que en el viven están muy lejos de la simple comparación con
los valores que adoptan otras razas. Los Elfos Silvanos pueden
aparecer como un lago plácido, serenos, bellos y encantadores, o
como una tormenta aterradora y destructiva. Por cada intruso que
los Elfos Silvanos conducen fuera de sus fronteras, matan a otro sin
preguntas ni remordimientos, y lo dejan tirado allí mismo para que el
bosque lo reclame. A menudo se pueden ver huesos y cráneos en lo
profundo del bosque, muchos de ellos con flechas en las costillas o
en las cuencas de los ojos, antes de ser ocultados y cubiertos por la
maleza y las raíces que se retuercen, o llevados por los animales
salvajes.
Elfos silvanos y el Imperio
Cualquier elfo es visto por las gentes del Imperio con asombro, desconfianza y miedo, dado a su naturaleza, son raros de ver en las tierras de los hombres y los que se aventuran por ella suelen ser jóvenes ansiosos por ver mundo o errantes expatriados sin hogar.
Su natural afinidad mágica, ágiles movimientos y evidentes diferencias físicas los marca como seres extraños, y los humanos temen lo que no comprenden.
Especial cuidado han de tener al mostrarse sus hechiceros, ya que aunque ninguna ley prohíbe el uso de la magia, los campesinos poco saben de leyes, y para ellos, todo hechicero es candidato para la hoguera, especialmente si ni siquiera es Imperial.
La situación mejora algo en las grandes ciudades, así las grandes ciudades tienen pequeñas pero asentadas comunidades elficas, aunque no les gusten las ciudades Imperiales.
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